5. Atemporal encuentro
Asciende este mantra
soporte del alma,
a casi explosión.
Profundo en esencia
una gran coincidencia
mi resurrección.
Audaz sentimiento
eterno tormento
bella rendición.
Aturdidor poder
embelesa mi ser
aroma maldición.
Ningún rastro queda
la cuerda flaquea
ya no hay elección.
Tal cual pegaso
ante su regazo
volará el corazón.
Segundos de dicha
caída absorbida
morir de ficción.
Suspiros ligeros
contagian deseo,
viciosa ocasión.
Soñado contacto
enlace perfecto
rebelde actuación.
Aquí no hay escape
el tiempo va en bucle
tras revelación.
Libertad y riesgo
destino confuso
absurda cuestión
La luz de la luna
me invade locura
revuelta emoción.
Espiral sin fin
acecha mi ir
en real decisión.
De ayer añorado
mañana quebrado
hoy, disposición.
Sé nada y todo
súbito encanto
ardiente conexión.
Mi mente y cuerpo
rezan los suyos
reclaman fusión.
Al final del día
cobrarnos vida
es mi nueva misión.
6. Lunática
Oí desde el horizonte
un balazo veloz
ocurrió de repente
directo al corazón.
Cautiva en el tiempo
me volví una esclava
gritando en silencio
sintiéndome extraña.
Miro un par de estrellas
que no paran de brillar
si me miran ellas
me hacen suspirar.
Estoy desorientada
y necesito escapar
aquí desesperada
de probar la libertad.
Mi mundo está expuesto
a la magia de la luna
su brillo irradia dolor
no existe cura alguna.
No creo en la ilusión
ni en su poder sobre mí,
pues al darle opción
me podría destruir.
Al final del camino
hay una joya oculta
un color desconocido
y una emoción rota.
7. Nace un trono
Remotas las hazañas de la inocencia,
cuando el alma es arada tal peones
en el reino del azar.
Su roce quimero embiste mi alabarda,
haciendo gotear los sueños
al fluir de sabias olas.
El ahora retiene la efímera eternidad,
sólo para desenredarme en un despertar.
Sacra sea el alba que blanda la llave
yacida en jade ante el enigma del rey,
conquistador de mi luz.
Me desquicia el rastreo en su yermo bosque,
pues palpita remembranzas
con llamarada en tinturas.
Mi ofrenda cae presa del ignoto baúl,
impidiendo su travesía hacia el sur.
Desde una morriña se devela el castillo,
escueto vestigio de crecientes veredas,
tras las ruinas de un credo.
En algún lago galoparé mi sentir,
para ver si desintegro o desnudo mariposas.
Prefiero morir entre bambúes cultivados,
a plañir la vil semilla de tu reinado.
Ingrid Astrid Villegas Gutiérrez
Soy una mexicana de 24 años, nacida y residente de Villahermosa Tabasco. Me licencié en psicología hace un par de años en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
Como poeta novata y recién salida del closet en tal aspecto, debo confesar que una parte de mí siempre estuvo conectada con la escritura y lectura de poemas, en especial a partir de mis 15 años de edad. Junto con todos los eventos y experiencias que tuve a partir de esa etapa de mi vida, y a través de una práctica asociada a un hobbie, comencé a escribir ideas y sentimientos totalmente fuera de lo intencionado a un poema o a cualquier otro género literario. Simplemente lo único que siempre pretendí fue expresarme, desahogarme y crear algo propio, con la indudable necesidad de liberarme y en ese sentido, sentirme y ser libre, tomando esa libertad entre mis manos y plasmarla en un papel.
Diversos y esporádicos han sido los momentos de inspiración que me animaron en todo el proceso de dar forma a la presente obra, incluyendo referencias auténticas e impecables como las primeras obras de Martha Rosa Esquinca Díaz.
Comments